miércoles, 12 de noviembre de 2008

Enegía

A veces necesito cargarme de energía antisocial. Si no andas listo te despistas y crees que este invento no está mal del todo. Eso suele ocurrir después de haber comido como un canónigo, de una buena siesta, después de leer un buen libro o cuando te enteras de que el electorado de USA ha mandado a tomar por el culo a los secuaces del tontoelculo que casi lleva al mundo hacia el desastre (ocho años son muchos años de peligro). Cuando eso sucede, me refiero a la bajada de mis defensas antisociales, espero al domingo por la mañana y me lanzo a cualquier café en el que una familia de capullos me impida leer el periódico: Él detrás del Marca, los dos gilipollas en estado larvario (el mayor Jonatán y la pequeña Genifer) dando por el culo a grito pelao y la madre que los parió ejerciendo de mater familia, es decir, medio atenta al resto de gilipollas antes mencionados, medio absorta en la más absoluta de las nadas, o lo que es lo mismo: mirando el puto televisor (que también te impide leer y por tanto también te carga las pilas de odio a la sociedad).
Es manita de santo. Cuando sales del local y piensas que esos capullos podían haber votado a Obama, si la democracia fuera más justa y, por tanto, les hubieran permitido votar en las elecciones del país dueño de su país, cuando piensas esto ya eres inmune a la cantidad de expectativas que vomitan los medios de comunicación.
Salvado.

3 comentarios:

  1. Consuela saber que siempre hay alguien peor que uno mismo, porque es obvio que tus palabras supuran sangre, pero no me acabo de acostumbrar a que eso sea motivo suficiente para ir por ahí vomitando el veneno propio sobre las vidas ajenas. ¿Acaso tiene más derechos un tío "culto" que una familia de "gilipollas" a ir a desayunar un domingo por la mañana a un café?
    Te recomendaría un libro pero como no es para "cultos" te invito a reflexionar sobre tus propias palabras y con un poco de suerte a lo mejor consigo un indulto para esa familia de "gilipollas" que aunque seguramente no alcanzan tu coeficiente intelectual no me cabe la menor duda de que son mas felices que tú a pesar de sus limitaciones.

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  2. Hola chico "culto". Aquí me tienes de nuevo colándome en tu blog. Y no es que me apasione la carpintería; la culpa la tiene esa bellísima canción que me engancha y me transporta al lugar que yo quiero, lejos del ruído, la gente, la ciudad.... yo sola y nadie más.
    Veo que no has indultado a mi família de "gilipollas" y como soy muy cabezota vuelvo a la carga.
    Y es que yo misma pertenezco a una de esas famílias mitad "gilipollas" (que leen el As y ven la tele), mitad "cultos" (que leen el Quijote y ponen en órbita cohetes espaciales con sus hijos), y que gritan como condenados los domingos por la mañana en cualquier café (los "gilipollas" y los "cultos".
    Y la verdad es que no es para tanto, cuando no los soporto más... me voy.
    Y no pasa nada. Aunque cuando los dejo allí, en su mundo, se rían de mi y me llamen bicho raro.
    P.D. Espero que no tengas nada contra los bichos raros.

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  3. ¿A santo de qué ese pronto con lo de “culto”?, yo sólo hablaba de leer el periódico, no las completas de Zola, y de cargarme de energía antisocial. Hay otras entradas que hablan de cosas parecidas, pero a ti sólo te escuece esa.¿Por qué?Un saludo y hasta otra.Fernando.

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